El pobre mosquito enflaquecido zumbaba y zumbaba y de hambre ya casi moría. Pues el muy ingrato pensaba, que si a un enfermo picaba, él de dengue enfermaría.
El tornillo y el clavo
El Clavo presumía ante las demás herramientas:
- Este tornillo le da muchas vueltas para llegar a donde yo llego de un solo golpe.